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2014-10-01
NO A LA LEY LASSALLE “LA CULTURA ES EL PETROLEO DE NUESTRA ECONOMIA”
Cientos de actores elevan su voz contra la Ley Lassalle en un ‘funeral’ a las puertas de la Secretaría de Estado de Cultura. /// Cerca de medio millar de actores, intérpretes y trabajadores de la cultura se dieron cita este mediodía del 30 de septiembre en la Plaza del Rey de Madrid, frente a la Secretaría de Estado de Cultura, para explicitar su rechazo frontal a la llamada Ley Lassalle, que se encuentra estos días en tramitación en el Senado. Los concentrados escenificaron un “Funeral por la cultura” en torno a un ataúd repleto de libros, discos y películas y exigieron la retirada inmediata del texto legal, la apertura de un proceso de negociación con todas las partes implicadas y la intermediación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Centenares de actores y actrices, convocados desde AISGE, la Unión de Actores y otras plataformas profesionales, se agruparon frente al despacho de José María Lassalle en torno a una gran pancarta en la que se leía “Ley Lassalle, todos a la calle”. Otras muchas consignas se repetían en carteles individuales, con frases como “Sin cultura no hay marca España”, “No al expolio cultural”, “La cultura genera 700.000 puestos de trabajo”, “El Gobierno protege a las multinacionales”, “La cultura es el 4,5% del PIB” o “¿Por qué la ley solo beneficia a los poderosos?”. A lo largo de la mañana se repitió de forma clamorosa e insistente la consigna “No a la Ley Lassalle”, que fue sustituida por “Wert, dimisión” cuando la concentración, tres cuartos de hora más tarde, ya tocaba a su fin. El momento central del acto consistió en la lectura de un manifiesto que se repartieron media docena de representantes de la cultura y el audiovisual. “La cultura es para España el petróleo de nuestra economía”, resumió Amparo Ciment, actriz y consejera de AISGE, que denunció cómo la Ley Lassalle “despoja nuestros derechos para entregárselos a unos cuantos hoteleros, a dos compañías de telecomunicaciones y a la industria tecnológica internacional”. A su juicio, “el beneficio económico de unos cuantos no puede prevalecer sobre el interés general de todo un pueblo y su cultura. La Ley Lassalle ampara una expropiación forzosa con la que se regala la cultura a unas multinacionales depredadoras y ávidas de beneficios económicos”. El también actor Carlos Olalla también puso el acento sobre estas empresas todopoderosas que “facturan cada año en nuestro país más de 100.000 millones de euros y solo pagan, entre todas, 1,2 millones en impuestos”. Virginia Yagüe, guionista y vicepresidenta de Derechos de Autor en Medios Audiovisuales (DAMA), recordó que otra de las promesas de Lassalle, la Ley del Mecenazgo, “se ha convertido en un engaño más”. “A lo que se ve, y por lo que ha escrito en un diario de gran tirada nacional, el gran mecenas de este país para Lassalle es el señor Botín”, agregó en alusión al recientemente desaparecido presidente del Banco de Santander. El actor Rubén Tobías consagró su intervención a “los más de 100.000 puestos destruidos en el sector cultural, consecuencia lógica de la devastación de que ha sido objeto”. La actriz Vicky Peña contradijo algunos tópicos sobre los sectores productivos al advertir: “Esos turistas extranjeros de los que tanto se vanagloria el ministerio de Industria no buscan hoteles, sino sol, gastronomía y cultura española. Esos son los verdaderos motores de nuestra economía”. A modo de colofón, Sergi Mateu, vicepresidente de AISGE, lamentó que España no siga el ejemplo de sus grandes aliados internacionales. “Estados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra, China o Japón valoran su cultura como elemento estratégico. Desde las instituciones del Estado español, en cambio, se trabaja contra la cultura”. Varios participantes pusieron el punto y final leyendo frases de autores ilustres sobre la importancia de la cultura para la vida y el ser humano. Con la fórmula “Es palabra de…”, como si se oficiara una homilía, resonaron en la Plaza del Rey las palabras de Cicerón, Rubén Darío, Miguel de Cervantes, Miguel de Unamuno, Confucio, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges o Paulo Freire, entre otros.

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